Según la leyenda, Sevilla fué fundada por Hércules y sus orígenes están ligados a la civilización de los tartesios. Fué llamada Híspalis bajo dominio romano e Isbiliya durante la época árabe. Alcanzó su punto más álgido en la historia justo a continuación del descubrimiento de América. Sevilla está situada a orillas del río Guadalquivir. El río es navegable desde Sevilla hasta su desembocadura cerca de Sanlúcar de Barrameda, en la costa Atlántica. En épocas pasadas, el puerto de Sevilla jugó un papel muy importante en el comercio entre España y las Américas y hoy en día aún continua siendo uno de los puertos fluviales más activos de la península ibérica. Sevilla cuenta con uno de los centros históricos más grandes de Europa, destacan el minarete de La Giralda, la catedral (una de las más amplias de toda la cristiandad) y el palacio del Alcázar. Entre sus tesoros se incluyen la Casa de Pilatos, el ayuntamiento, el archivo de Indias (donde se mantienen registros históricos del continente americano), el museo de Finas Artes (la segunda galería de arte más grande de España), además de conventos, iglesias parroquiales y palacios. Sevilla ha albergado dos exhibiciones (1929 y 1992) y es la capital administrativa de Andalucía. A pesar de sus importantes monumentos y su fascinante historia, Sevilla es universalmente famosa por ser una ciudad alegre. Es conocida internacionalmente la agudeza e ingenio que caracteriza a los sevillanos, aunque toda la ciudad en si misma llama la atención por su vitalidad. Es la ciudad más grande del sur de España, la ciudad de Carmen, Don Juan y Fígaro. Los sevillanos son grandes actores y sacan a relucir todo lo mejor que llevan dentro en su anual Feria de Abril, una fiesta de una semana de duración repleta de bebida, buenos alimentos y baile flamenco que se desarrolla durante día y noche en más de 1 millar de casetas especialmente montadas para la ocasión. Pero por encima de todo permite a los hombres desfilar sobre sus magníficos caballos y a las mujeres bailar con sus brillantes vestidos de gitanas repletos de colores. Justo antes de la feria se celebra la Semana Santa, un festival religioso donde penitentes con capirote circulan en largas procesiones seguidos de enormes tronos barrocos sobre los que se colocan las imágenes de la Virgen o el Cristo, rodeados de alegres multitudes. Ambos acontecimientos que son celebrados en primavera bien merecen la pena una visita. Sevilla cuenta con un patrimonio monumental que no tiene nada que envidiar a ningún otro. Dar un paseo por sus barrios es la mejor manera de conocer la ciudad. Santa Cruz, parte de el viejo legado judío, son calles estrechas, sonidos de agua, jardines donde el acero forjado imita la belleza natural de las flores, sombras, y silencio. Triana es el lugar de nacimiento del flamenco, tiene una gran tradición taurina, patios de vecinos característicos, y calles que mantienen el sabor de los viejos suburbios. Su reflejo en el río se puede contemplar desde la calle Betis. En Triana trabajan la mayoría de los artistas de la cerámica. San Lorenzo es imperial y silenciosa. El esplendor del distrito de la Macarena queda monopolizado por su virgen universal. El parque de Maria Luisa y la Calle Sierpes son mundialmente famosos. En el parque de Maria Luisa se encuentran la Plaza de España y la Plaza de América que fueron construidas para la Exposición Latino Americana de 1929. El distrito de Triana, que discurre junto al río, es una buena zona para la noche. Su calle Betis, junto a los muelles, se caracteriza por disponer de los bares de moda, pubs, clubs, cafés y restaurantes. Por toda la ciudad, hay varios Disco Bars y discotecas, con música tal cómo, pop español moderno, Hip-Hop, Ritmos y Blues, Salsa, Merengue, Samba, Funky, House, etc. Muchos de estos sitios se pueden encontrar en el centro y alrededores, en zonas como Plaza Alfalfa, y Alameda de Hércules. Durante el verano, la acción se mueve a los grandes clubes que hay a lo largo del río, cercanos al Puente del Alamillo. Muchas personas van a Sevilla todos los años y eligen alojarse en apartamentos del centro histórico siendo esta una excelente manera de disfrutar de la ciudad viviendo como si fueran de allí, ofreciendo la libertad de explorar los mejores lugares como quieren y cuando quieren.
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